jueves, 7 de abril de 2011

LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

La población española
En España vivimos más de cuarenta millones de personas. La cantidad de habitantes de un territorio es su población absoluta. En comparación con los países de la Unión Europea, España tiene menos habitantes que Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido, y más que Finlandia, Grecia o Irlanda.

Distribución de la población
Si todos los habitantes se repartieran por igual en el territorio español, habría unos 79 habitantes por kilómetro cuadrado de superficie. Este número se llama densidad de población y es útil para saber si la población de un territorio vive agrupada o muy dispersa.
Dentro de España, la población no se encuentra repartida por igual: hay zonas mucho más pobladas que otras. La distribución de la población nos informa del modo en que se reparten los habitante en un territorio. En España, las zonas más pobladas son las localidades costeras y la Comunidad de Madrid.
Además, las formas de poblamiento son variadas:
El poblamiento urbano está formado por las personas que viven en ciudades de más de diez mil habitantes.
El poblamiento rural está compuesto por las personas que viven en localidades de menos de diez mil habitantes. El poblamiento rural puede ser disperso, si la población está repartida por todo el territorio, o concentrado, si las casas están muy agrupadas. A principios del siglo XX, la mayoría de la población española era rural, pero a partir de 1960 se produjo una fuerte emigración desde el campo a las ciudades, y hoy 85 de cada 100 españoles viven en las ciudades.

El crecimiento de la población
Con el tiempo, la población va cambiando. El crecimiento de la población depende del número de personas que nacen y del número de personas que mueren, y también del número de emigrantes (gente que se va a vivir a otros países) y de inmigrantes (gente de otros países que viene a vivir a nuestro país).
En España nacen y mueren casi el mismo número de personas, de manera que el crecimiento de la población española es muy lento. Además, como nacen pocos niños y los ancianos viven más años que antes, la población va envejeciendo cada vez más.


La inmigración
A partir de la decada de los ochenta, España recibe trabajadores del este de Europa, Sudamérica y del norte de África. Ahora, y es nuevo, España tiene un saldo a favor de la inmigración que ya era de unas 150.000 personas a mediados de los noventa, sin contar los clandestinos. A causa de su situación geográfica, el país tiene que enfrentarse con el problemos de los clandestinos; por una parte no está muy lejos de las costas de África del norte y por otra parte, con la apertura de las fronteras en el interior de Europa le toca controlar el flujo que se dirige hacia la Comunidad. La política de restricción a la inmigración de Europa hace que al no poder entrar legalmente los inmigrantes se juegan la vida para hacerlo y luego aceptan trabajos fuera de la legalidad, poco pagados, que les obligan a vivir en condiciones marginales. Es de notar que a causa de la tasa de natalidad muy baja y el envejecimiento de la población los emigrantes son una necesidad vital para la sociedad española.

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