viernes, 25 de marzo de 2011

LA REVOLUCIÓN FRANCESA


A finales del siglo XVIII, el proceso revolucionario de la burguesía consigue destruir los pilares sobre los que se apoyaba el Antiguo Régimen: la monarquía absoluta y la sociedad estamental (nobleza, clero y pueblo llano).
Francia, con este gobierno, acumulaba cada vez más déficit económico, y Luis XVI decidió afrontar el problema exigiendo al clero y a los nobles que pagaran más impuestos, pero estos se negaron. Así que el rey no tuvo otra salida que convocar una Asamblea en la que se reunían: clero, nobleza y burguesía (pueblo llano).
Tras varios enfrentamiento entre la nobleza y clero con los burgueses, el rey decidió cambiar el lugar de reunión y marcharse a un local donde se practicaba el juego de la pelota, además de jurar “no separarse y seguir reuniéndose hasta conseguir salir de tal crisis”, formándose la Asamblea Nacional Constituyente.
El primer documento que elaboró la nueva asamblea fue la Declaración Universal de Derechos del Hombre y del Ciudadano, el cual eliminaba los privilegios del clero y los principios en los que se apoyaba el Antiguo Régimen. Luis XVI, la nobleza y el clero se mostraron reacios a estas decisiones, intentando juntarse con los militares para producir un cambio político, pero fue detenido por los burgueses. Entre tanto muchos nobles se marcharon a Alemania a promover una agitación antirrevolucionaria, creando tensión entre Francia y Alemania y Prusia. Luis XVI propuso la guerra a los alemanes y éstos en poco tiempo invadieron Francia.
El 10 de agosto de 1792, se produce la destitución del rey, que trae como consecuencia una nueva asamblea (la Convención), elegida por sufragio universal. Esta Asamblea era una República representada por personas que recibían el nombre de Directorio.
Los políticos del Directorio amenazados por los sansculottes, pactaron con Napoleón Bonaparte un golpe de estado en Brumario que puso en manos de este militar el poder político. Nombrando a este militar emperador en 1804.
Bajo los mandos de Napoleón Francia comenzó a rechazar a los ejércitos invasores (Alemania y Prusia), además de conquistar el norte y el centro de Italia. Poco después se firmaba la paz con Austria e Inglaterra, consiguiendo en estos tratados el dominio de Holanda, Bélgica, Suiza, el norte de Italia y territorios alemanes.
Pero la derrota francesa ante los ingleses en Trafalgar hizo que Napoleón formará un bloqueo que prohibía a todos los estados europeos a mantener relaciones comerciales con Gran Bretaña. Debido a la enorme necesidad de hombres y dinero para mantener este bloqueo, Napoleón comenzó a exigir impuestos y hombres a los países que había ocupado, los cuales se rebelaron antes tales exigencias.
A la sublevación de España y Alemania, siguió la invasión de Rusia, que fue la gota que colmó el vaso, provocando la destrucción de su gran ejercito en 1813 en Leipzig. Al año siguiente los ejércitos enemigo obligaron a Napoleón a marcharse del país.

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